domingo, 6 de febrero de 2011

 ¿Bajo qué argumentos debemos definir al ser del no-ser humano? Se puede partir de un concepto general de esencia o naturaleza aplicado, en este caso, a seres animales; esta propiedad como la naturaleza del ser es única e irremediablemente absoluta, carece de movilidad o mutaciones, es, en un sentido ideal platónico, perfecta. Al ser lo que es, si se le añadiese o atribuyera cualquier otra característica que, ahora, obligatoriamente sería artificial y humana, dejaría de ser lo que en realidad es. Este movimiento es completamente imposible puesto que el producto no puede definir al productor; el productor define al producto. En este sentido, la naturaleza humana parte de concebirse como la antítesis del movimiento de “creación plástica”, la cual se intenta someternos de una manera abrupta y estridente; no se ve afectado, ni así se verá, por ideas anti-humanas. Consideremos que bajo la designación, actualmente arbitraria, de “humano”, se comprende exclusivamente a ese ser que se hace acreedor de una naturaleza exquisita, con la diferencia, en términos de superioridad, que cuenta con una herramienta, producto de la selección y la evolución, la cual lo ha coronado como “rey de las especies”. Esto es un ser humano, un ser incapaz de adquirir conciencia sobre lo que en verdad es, un ser retrógrada sumido en un personaje de ficción hereditaria, un ser con la posibilidad de extinguir su propia naturaleza y, a la vez, un animal puro, animal amoral y selectivo, ser de seres comunes, natural y esencial.
 

1 comentario:

  1. Wow!... interesante, entre tantas palabras bonitas, recato: has leído a Nietzsche y a Sartre, o al menos veo (jeje).... interesantes reflexiones, gracias por el deleite! (es mucho más bonito, si lo justificas)

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